De origen románico y propiedad templaria, sólo conserva de esta primera versión del siglo XII la nave central y los canecillos. Las naves laterales son góticas, del siglo XIV. Sin embargo, el lugar más visitado tiene factura posterior. La capilla barroca del Santo Cristo, edificada en 1730, alberga el crucifijo que San Vicente Ferrer donó a Graus en 1415. La imagen original se quemó en parte durante la Guerra Civil, y fue restaurada a finales de los años cuarenta.