Testigo de los primeros escarceos de la Reconquista, era la vanguardia del Condado de Ribagorza en el siglo X frente a las fortificaciones musulmanas de Lascuarre, Laguarres y Castigaleu.
El conjunto está formado por una torre, una iglesia y un muro situados en un gran espolón rocoso al borde de un acantilado, La torre circular de unos 18 metros de alto es accesible desde una puerta en alto a la que se llega por una escalera de madera. Es posible ascender por el interior de la misma hasta la planta superior, dejando unas magníficas vistas del valle del Ésera y el Morrón de Güel.
La ermita está dedicada a Santa Cecilia, tiene nave única con ábside semicircular, sin decoración, y un campanario semicilíndrico. En el interior se conserva la pila bautismal.
Completan el conjunto dos tumbas antropomorfas, según costumbre en los siglos X y XI de la zona prepirenaica.