Las comparsas de gigantes y cabezudos son un elemento tradicional de las festividades por todo Aragón y en partes del resto de España, especialmente del Levante. En Graus su protagonismo y interacción en los distintos actos trasciende convirtiéndose en parte viva y satírica de la misma.
Los cabezudos no se limitan a perseguir a la chiquillería como en otras poblaciones. Capitaneados por el jefe cabezut y escoltados por los caballez, el Furtaperas y el Furtapruns, inquietan al público y representan la libertad y la transgresión con sus imitaciones y parodias mientras se desarrollan las procesiones religiosas o en mitad de los bailes de la Plaza Mayor.
Su ruido y bullicio choca con la solemnidad de los gigantes, figuras de gran tamaño movidas desde el interior por personas que acompañan los bailes en la plaza y desfilan por el pasacalles del inicio de las fiestas. Documentada su presencia desde el siglo XVII, representan a dos personajes históricos universales, los Reyes Católicos, y dos más localistas, los amantes de la leyenda grausina Rodrigo y Marica.